Tras demasiados años de negación, el cambio climático está por fin en la mente de todos. Aunque creemos firmemente que nuestros hábitos e interacciones cotidianas son importantes para reducir las emisiones de carbono, no es ningún secreto que un puñado de industrias son las principales responsables del deterioro del clima. Necesitamos un cambio interior, que la gente se preocupe más por el planeta, que haga más por los demás, que cambie sus hábitos y comportamientos cotidianos, que aprenda más sobre todo lo relacionado con el clima, pero, sobre todo, necesitamos un cambio estructural. Necesitamos que las grandes empresas tomen decisiones mejores y más respetuosas con el medio ambiente.
Parece que cada día otra gran empresa se compromete con el clima y fija objetivos de reducción de emisiones. Sin embargo, los estudios de grupos como CDP muestran que el calentamiento global seguirá aumentando hasta los 2,7 ºC, a pesar de que muchas empresas han fijado objetivos de 1,5 ºC. Y nos estamos quedando sin tiempo. Y nos estamos quedando sin tiempo.
Fundamos el SINAI con la idea de que las empresas intensivas en carbono no pueden cambiar de rumbo sin un asesoramiento claro que tenga en cuenta tanto el carbono como los flujos de caja. Revisar toda una forma de hacer las cosas no se hace de la noche a la mañana, por mucho que lo deseemos. Puede que el capitalismo a ultranza esté en vías de desaparición, pero las grandes empresas siguen teniendo una cuenta de resultados y unos accionistas a los que satisfacer.