25 de octubre de 2021
SINAI
En agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC) actualizó su presupuesto de carbono a 400.000 millones de toneladas de CO2 para mantenerse dentro de los 1,5º de calentamiento global.
Para el país medio, esto significa que su parte del presupuesto de carbono se agota en nueve años. Para los países considerados muy contaminantes, como el Reino Unido, su parte del presupuesto de carbono se agotará en tan sólo tres años.
El mensaje es claro: hay que reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) eliminando progresivamente la dependencia de los combustibles fósiles.
A medida que surgen y evolucionan las tecnologías con bajas emisiones de carbono y las políticas de cambio climático, las empresas, los inversores y los responsables políticos recurren cada vez más a los presupuestos de carbono como componente clave para interpretar las posibles implicaciones de un futuro neto cero.
En este artículo, los expertos en gestión de emisiones de GEI del SINAI definen el presupuesto mundial de carbono y lo que significa para la cantidad de carbono que podemos emitir en los próximos años. También exploramos las mejores formas de reducir las emisiones nocivas de carbono, incluidos los compromisos de las empresas y los países de cero emisiones netas.
Un presupuesto de carbono es el volumen total de emisiones que pueden emitirse en el futuro en una zona concreta del mundo limitando al mismo tiempo el calentamiento global a una temperatura objetivo determinada, como los niveles presentes en el Acuerdo de París.
Este tratado internacional sobre el cambio climático, lanzado en 2015, fijó un objetivo de temperatura muy por debajo de 2 °C y no superior a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Más de 200 países han adoptado El Acuerdo de París desde que se formalizó en 2016. Los países comprometidos son responsables de desarrollar y comunicar sus planes individuales para reducir las emisiones de GEI y lograr una una profunda descarbonización en consonancia con los objetivos internacionales establecidos.
El presupuesto mundial de carbono, calculado y facilitado por el Proyecto Global del Carbonose considera el análisis más sólido de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial.
Por ello, sus conclusiones se consideran cruciales a la hora de que la comunidad internacional tome decisiones de política climática.
Carbono objetivos de reducción de emisiones son las cantidades porcentuales que países, gobiernos y empresas utilizan con el objetivo de reducir sus emisiones de GEI respecto a los niveles de referencia en un periodo de tiempo determinado. Son un elemento esencial de la mayoría de las estrategias internas de carbono y de las políticas de cambio climático.
Los objetivos de reducción de emisiones pueden fijarse con el objetivo de mantenerse dentro de un presupuesto de carbono. Independientemente de que un objetivo se fije teniendo en cuenta un presupuesto de carbono concreto, los objetivos y los presupuestos están vinculados. Reducir las emisiones de GEI ahora deja espacio en un presupuesto de carbono para más emisiones más adelante.
En pocas palabras, los presupuestos de carbono proporcionan un marco sólido para fijar objetivos y ayudar a las naciones en su planificación a largo plazo.
Cuando los objetivos no están vinculados a un presupuesto de carbono concreto, los gobiernos pueden cambiarlos cuando el éxito parece improbable. Los presupuestos de carbono ayudan a los países a rendir cuentas y les permiten comprobar si los objetivos de reducción de emisiones de GEI son coherentes con el objetivo último de limitar el calentamiento global.
En la última década, los climatólogos han propuesto muchas fórmulas diferentes para calcular los presupuestos de carbono. Todas estas fórmulas tienen algo en común: comparan las emisiones históricas de carbono con la tasa anterior de calentamiento global en un esfuerzo por predecir el calentamiento futuro. En lo que difieren es en la forma de contabilizar las emisiones distintas del carbono y otras incertidumbres.
Por ejemplo, el IPCC calcula el total global utilizando un modelo basado en la cantidad de calentamiento que se produce desde mediados del siglo XIX, cuando las emisiones de carbono empezaron a acumularse en la atmósfera terrestre. El cálculo también tiene en cuenta otras contribuciones al cambio climático, como los aerosoles, los gases de efecto invernadero distintos del carbono y el deshielo del permafrost.
A escala mundial, los presupuestos de carbono pueden suponer un reto, ya que implican decisiones complejas, negociaciones y suposiciones sobre la proporción de las emisiones mundiales de GEI que determinados países tienen derecho a emitir.
En cambio, un objetivo de GEI neto cero establece una fecha definitiva en la que un país o una empresa reducirá a cero su contribución al cambio climático. A medida que aumenta el número de países y empresas que fijan objetivos netos cero, se impulsa la ambición colectiva y se garantiza que la carga de la respuesta al cambio climático se reparte equitativamente entre todos.
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